Skins es un drama británico ganador de dos premios BAFTA que marcó un antes y un después en las series de adolescentes, narrando cada capítulo desde el punto de vista de un personaje distinto de la ciudad de Bristol.
La primera generación, que aparece en la fotografía, nos sumergía en el mundo de Tony y su novia Michelle, el underdog de Sid, Cassie, la anoréxica; Chris, el más fiestero; Maxxie, un bailarín gay; y Anwar, un musulmán de familia conservadora.
En la segunda generación destacamos a Effy, la hermana de Tony a la que ya habíamos conocido en la primera temporada y su triángulo amoroso con Cook y Freddie, así como una pareja de lesbianas.
La tercera generación que ocupó las pantallas británicas en 2011 y 2012 se componía por un grupo variopinto entre los que podíamos encontrar a Matty, Nick o Liv.
A simple vista, los hechos que se presentan pueden parecer demasiado radicales o exagerados, como ya señalaron algunos críticos en su momento. Sin embargo, una gran mayoría de espectadores coincidieron en que, si bien añadía algunos elementos para hacerla más visual o entretenida, seguía siendo creíble.
En mi opinión, tiene un potencial increíble y sabe explotarlo al máximo, situaciones realistas que todo adolescente ha oído, ha visto, o incluso ha llegado a protagonizar.
Otro de los puntos más fuertes que presenta la serie son sus personajes. Todo el mundo puede identificarse en menor o mayor medida con algún aspecto de ellos y entenderlos en gran profundidad, ya que no se limitan a mostrar meros estereotipos, sino a adentrarse en el mundo interior de cada uno de ellos, mostrándonos sus deseos y debilidades más íntimos.
También merece ser destaca el formato que ya habíamos mencionado anteriormente. Gracias a que cada capítulo se centre y, en cierto modo, sea narrado por un personaje distinto nos permite explorar todos los puntos de vista posibles de hechos que en algunos casos son comunes o, simplemente, conocer un poco más el entorno que les rodea y las razones que les llevan a ser como son, explicando muchas decisiones que, de otro modo, podrían parecer estúpidas o aleatorias.
Todo ello hace que Skins se haya convertido en una de las grandes series británicas y la estrella a nivel mundial de drama adolescente. Nadie debería perderse estas aventuras llenas de adrenalina, amor y turbulencias.
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